martes, 12 de mayo de 2009

12 de Mayo - Aquiles






Nació en Otio, Sudáfrica, y vivió allí hasta los cinco años de edad. A los cuatro años, por la primera vez en su vida vio una batería. Fue en un programa de televisión, un baterista de Jazz. Este fue su primer contacto con el instrumento, y también por muchos años el único. En 1977 se fue a Foz do Iguaçu en Brasil, y apasionado por el futbol, empezó a jugar profesionalmente por el equipo local, y hasta entonces estaba seguro de que seria un gran jugador. Pero en 1985 con la realización de la primera edición del “Rock In Rio”, las cosas empezaron a cambiar y aquella visión que tuvo a los cuatro años de edad ya significaba algo. Durante todo el festival, Aquiles construyó una batería con latas, recipientes de gasolina y etc. Y tocaba en el fondo de su casa. Un año después, con algunos amigos de escuela empezó a hacer covers de una banda nacional. Desde aquí las cosas cambiaron, Aquiles soñaba en el dia de conseguir ser un gran baterista.
Sin lugar a dudas, se ha convertido en uno de los mejores bateristas del mundo. Forma parte de la banda brasileña Angra.





Aquiles Priester drum set.









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AMOR, CUANDO YO MUERA...

Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda,
ni llores sacudiéndote como quien estornuda,
ni sufras «pataletas» que al vecindario alarmen,
ni para prevenirlas compres gotas del Carmen.

No te sientes al lado de mi cajón mortuorio
usando a tus cuñadas como reclinatorio;
y cuando alguien, amada, se acerque a darte el pésame,
no te le abras de brazos en actitud de ¡bésame!

Hazte, amada, la sorda cuando algún güelefrito
dictamine, observándome, que he quedado igualito.
Y hazte la que no oye ni comprende ni mira
cuando alguno comente que parece mentira.

Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda:
Yo quiero ser un muerto como los de Neruda;
y por lo tanto, amada, no te enlutes ni llores:
¡Eso es para los muertos esülo Julio Florez!

No se te ocurra, amada, formar la gran «llorona»
cada vez que te anuncien que llegó una corona;
pero tampoco vayas a salir de indiscreta
a curiosear el nombre que üene la tarjeta.

No grites, amada, que te lleve conmigo
y que sin mí te quedas como en «Tomo y obligo»,
ni vayas a ponerte, con la voz desgarrada,
a divulgar detalles de mi vida privada.

Amor, cuando yo muera no hagas lo que hacen todas;
no copies sus estilos, no repitas sus modas:
Que aunque en nieblas de olvido quede mi nombre extinto,
¡sepa al menos el mundo que fui un muerto distinto!




Balada de HANS Y JENNY - Aquiles Nazoa

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