Francisca Gavilán es una actriz chilena de cine, teatro y televisión, egresada en 1994 del Club de Teatro de Fernando González, con la obra Madame de Sade, dirigida por Rodrigo Pérez, en la misma generación que la actriz Tamara Acosta.
Ha participado en varias teleseries chilenas, comenzando por Romané de Televisión Nacional de Chile y Piel canela de Canal 13, para luego volver a TVN con roles más centrales en Puertas adentro, Los Pincheira y Los Capo. En el 2007 vuelve a Canal 13 para interpretar a Andrea Kuntz en la teleserie Papi Ricky y en el 2010 hace un pequeño papel en la serie Los 80. En cine ha actuado en las películas "Monos con navaja" (2000), "Ulises" (2010) y recientemente, en 2011, fue la protagonista de la película chilena de Violeta Parra llamada "Violeta se fue a los cielos", dirigida por Andrés Wood.
Fuente: cancioneros.com; wikipedia; imdb.com
Francisca Gavilán en "Violeta se fue a los Cielos"
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Francisca Aguirre lleva toda su vida escribiendo poesía. Lectora convulsiva desde su infancia, se formó en las tertulias literarias del Ateneo y del Café Gijón. Nació en Alicante en 1930. Es hija del pintor Lorenzo Aguirre, a quien le dedicó el poemario “Trescientos escalones”, y que fue condenado a muerte por el régimen dictatorial franquista.
Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, portugués y valenciano. Su primer poemario, premio de poesía Leopoldo Panero, fue Ítaca, publicado cuando la autora contaba con 42 años. Desde entonces, y con la excepción de la década de los 80, la autora ha continuado publicando su obra de manera ininterrumpida.
Gana el Premio Nacional de Poesía 2011 con su poemario "Historia de una anatomía" (Hiperión, Madrid 2010), libro con el que ya ganó el premio Miguel Hernández 2010.
Fuente: poemaspoetas.com; bib.cervantesvirtual.com; wikipedia; escritores.org
Testigo de excepción
Un mar, un mar es lo que necesito.
Un mar y no otra cosa, no otra cosa.
Lo demás es pequeño, insuficiente, pobre.
Un mar, un mar es lo que necesito.
No una montaña, un río, un cielo.
No. Nada, nada,
únicamente un mar.
Tampoco quiero flores, manos,
ni un corazón que me consuele.
No quiero un corazón
a cambio de otro corazón.
No quiero que me hablen de amor
a cambio del amor.
Yo sólo quiero un mar:
yo sólo necesito un mar.
Un agua de distancia,
un agua que no escape,
un agua misericordiosa
en que lavar mi corazón
y dejarlo a su orilla
para que sea empujado por sus olas,
lamido por su lengua de sal
que cicatriza heridas.
Un mar, un mar del que ser cómplice.
Un mar al que contarle todo.
Un mar, creedme, necesito un mar,
un mar donde llorar a mares
y que nadie lo note.
Francisca Aguirre presentó la reedición de Espejito, Espejito en la sala Martín Chirino
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