Benigno Varillas nació en 1953 en Tudela Veguín, un pueblo asturiano habitado por el hombre desde el Paleolítico, y emigró con sus padres a Alemania en 1964. Regresó en 1966 y el momento que dejaban ver la tele en su internado, coincidía con el programa de Félix Rodríguez de la Fuente, de modo que fue su vínculo con la naturaleza los tres años que estuvo allí. Fue guionista y asesor de rodaje de documentales de ecología, así como del lanzamiento de la revista Natura del grupo G+J (1983-1985). Promovió la implantación de Internet en el sector ambiental en España con un proyecto PITMA del Ministerio de Industria (1994-1997). Colaboró en proyectos de conservación y desarrollo en Sudáfrica (1999) y Namibia (2001-2003). Asesor de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (2006-2008), donde dio continuidad a su proyecto para la convergencia del mundo rural y la naturaleza (RUNA). Coordinador de Prensa del Encuentro Mundial de Pastores Nómadas y Trashumantes (2007), desde 2009 trabaja en el Proyecto Muruna de cooperación al desarrollo sostenible en Tanzania y España. Fue fundador de la Asociación de Amigos de la Naturaleza (1972); Phoracantha (1983); Greenpeace-España (1984); Consejo Ibérico para la Defensa de la Naturaleza (1986); Federación Juvenil Conocer y Proteger la Naturaleza (1987); Fondo Patrimonio Natural Europeo (1989); Asociación Muruna (2009), entre otras. Ha recibido veinte premios por su labor, entre ellos el Premio Nacional de Medio Ambiente (1989); Premio Ford a la Conservación (1996); Premio FONDENA, otorgado por el rey de España (2007) y el premio BBVA a la Difusión de la Biología de la Conservación (2008).
Fuente: esferalibros.com; biodivers.com
Plan Muruna, desarrollado en Tanzania por el asturiano Benigno Varillas.
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El maliayés Benigno Runza Costales, de Quintueles, es un auténtico artesano de la piedra. Se sirve de este material, recogido en la zona, para reproducir a escala algunas de las iglesias más importantes del prerrománico asturiano, como San Miguel de Lillo, en Oviedo, y San Salvador de Valdediós. Este artista reconoce que, al principio, le pareció casi imposible, pero no dejó de intentarlo. «Un día fui con mi nieta a hacer fotos», señala, para tener una guía por la que comenzar la reproducción del edificio. «A la mitad quería tirarla porque no me gustaba. Pero me animaron a seguir», manifiesta Runza. Tras el Conventín, dio forma, en 2002, a la iglesia de Santa María del Naranco. "Como era la segunda que hacía, me llevó mucho tiempo, más o menos un año".
Después se animó con los templos de San Miguel de Lillo y Santa Cristina de Lena. Pero en su colección no podían faltar algunas de las iglesias más importantes de Villaviciosa. Así que reprodujo en piedra Santa María de la Oliva y San Juan de Amandi. A esta última maqueta le tiene un cariño especial y es de la que más satisfecho se siente, en parte porque la experiencia le ha permitido lograr una mayor perfección en sus obras. Afirma que "lo más difícil es empezar bien", darle la forma adecuada a la estructura. Runza trabaja con piedras de arenisca con una medida que no supera los dos centímetros de ancho por cinco de largo. Las construcciones las asienta sobre una base de hormigón de unos 100 kilos. El peso total de cada maqueta ronda los 300.
Fuente: Artículo de Mariola Menéndez en lne.es; elcomercio.es; lne.es
Algunas obras de Benigno Runza
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