Poeta, ensayista y traductor español nacido en Tarifa, Cádiz, en 1946. Se educó en Granada donde cursó el bachillerato y por cuya Universidad se licenció en Filosofía y Letras en 1968. Posteriormente se doctoró en Filología Románica por la misma universidad, con una tesis sobre Luis Cernuda.
Es un miembro destacado de la Generación del 70, autor de varios libros de ensayo sobre Cervantes, Quevedo, Espronceda y Cernuda entre otros, traductor de poetas como Beckett, Holderin, Hesse y Rilke, y de importantes expresionistas alemanes.
Es fundador y co-director de las colecciones "Eutopías" y "Signo e imagen". Su obra poética está contenida en más de veinte publicaciones entre las que merecen destacarse, «En el umbral del hombre» en 1964, "Ritual para un artificio" en 1971, "El cuerpo fragmentario" en 1978, "La mirada extranjera" en 1985, "Tabula rasa" en 1985, "Cenizas de sentido" en 1989, "El largo aprendizaje" en 1991,"Orfeo filmado en el campo de batalla" en 1994, "Viaje al fin del invierno" en 1997 y "Profundidad de campo" 2000.
Fuente: amediavoz.com; wikipedia; catedramdelibes.com
El espejo
Tiene la blanca mano
apoyada en el libro pequeño,
sobre las pequeñas hojas blancas
donde, absorta, se pierde.
Hundida en el sillón, los ojos
tibiamente impregnados de sensación de ver,
aunque sin forma; en torno los objetos
se alzan como muros
a los que sólo la incansable
profundidad de las pupilas
puede ahondar en plenitud, y observa
el modo simple en que se acopla el mundo
a su tacto, sin queja.
Cuanto sus dedos asen
fuertemente lo tiñen de lucidez. Del cerco
nunca insalvable de la lejanía
en que hasta las palabras
más repentinamente próximas participan
la protege este libro pequeño,
en cuyas pequeñas hojas blancas sus blancas manos se posan.
Y algún vago deseo
le asalta: «cuerpo hermoso
para ofrecer, quién sabe, blando muslo,
labios acaso con temblor de aurora».
Pero apenas si el brazo, febrilmente extendido,
roza el sereno cristal que nada responde.
Ciego el espejo es
para el que en su pulida entraña no consigue iniciarse
con claridad. Y vuelve
a acariciar su cuerpo, que, de nuevo, insensible,
se funde en la lejana realidad envolvente.
Cuando ha dejado de sentir el apacible mordisco de las
últimas luces
cierra con lentitud el libro. Y comienza otra noche,
en donde los objetos, incluso los más cercanos, también a ella
la ignoran.
"Víspera de la destrucción" 1966 - 1968
Jenaro Talens y la lectura
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Jenaro Mejía Kintana es un artista que usa la delicadeza de la acuarela para librar sus batallas. Los artistas a su modo y con sus armas son guerreros. La guerra de Mejía es por la naturaleza. La guerra de Mejía son las batallas por defender su aldea, su aldea es lo que existe en su país, su país es Colombia.
Su rigor es el de un botánico: ni un pliegue, ni un diente, ni una estría es alterada en la reproducción de su estructura. Su audacia, la de un pintor: hoja tras hoja, sus plantas, y pliego tras pliego, sus cartulinas, son potencializadas a tamaños majestuosos y gigantes, murales apabullantes de vegetación exuberante donde él mismo parece perderse entre el intrincado juego de sus formas y sus verdes.
Fuente: colarte.com; jenaromejia.com
Bianca Arango en la casa de Genaro Mejia.
Ver más en: TOCAY@S
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